La
plaza conformada por el cruce de las calles, Camí Reial, Pare Morató, València,
Vicent Fontelles, Gabriel Flors, Almenara y Rosari, fue rotulada con el nombre
con el que hoy la conocemos, Blasco Ibáñez, en el verano del año 1922, exactamente
el jueves 6 de julio.
A
iniciativa del concejal Fausto Caruana y siendo alcalde de nuestro municipio
don Esteban Blanco, la corporación, reunida un día antes, el 5 de julio, tomó
la decisión de aprovechar que el insigne novelista don Vicente Blasco Ibáñez
visitaría la ciudad de Sagunto, para rotular con nuevos nombres dos
plazas y
una calle, con los nombres respectivos de Blasco Ibáñez, Ramón y Cajal y Tomás
Bru.
La de Blasco Ibáñez era una plaza que, según recoge nuestro cronista decimonónico Antonio Chabret había sido denominada hasta entonces Placeta dels Hostals, debido a que acogía en ella, o bien había cercana a ella, un buen grupo de posadas que recibían a los viajeros que provenientes de la carretera de Valencia, o de la de Barcelona, tenían a bien descansar o pernoctar en las inmediaciones de nuestra localidad, en el conocido como barri del Raval del Salvador. La plaza conocería otro cambio en su nombre durante la etapa franquista, conociéndose como Plaza del Caudillo, hasta que con la democracia volvió a recuperar el nombre con el que la conocemos hoy. Asímismo, a la plaza se la conoce popularmente como "la del Ángel" o "la del Ángel bobo", por el conjunto escultórico que remata la fuente y jardincillo que ocupa el centro de la plaza.
Pero
vayamos ahora al verano de 1922: el novelista Blasco Ibáñez, acompañado por su
hijo Sigfrido y varios de sus correligionarios de Valencia se presentó en la
estación ferroviaria de Sagunto en el tren que había salido a las cinco y media
de la tarde del Cap i Casal. Allí le esperaban un nutrido grupo de saguntinos:
Alcalde y concejales, así como varias comisiones de diversas entidades de
Sagunto, como las de la Sociedad Vitivinícola, el Centro Republicano, la
Juventud Republicana, Sociedad de Socorros Mutuos La Unión Saguntina, la Sociedad
de Socorros Mutuos de Artesanos, o el Centro de Unión Republicana de Quartell.
La
banda de la Lira Saguntina, dirigida por el maestro Palanca, interpretó varias
composiciones y una comitiva, seguida de multitud de personas, acompañó al
novelista hasta la Plaza Cronista Chabret, recorriendo en su camino las calles
engalanadas y durante su trayecto no cesaron los vivas y los aplausos.
En
la Glorieta dirigieron las autoridades al público varios discursos en los que
ensalzaron al escritor valenciano, así como a los otros dos personajes a los
que se dedicaban los nuevos rótulos. Finalmente, tomó la palabra Blasco Ibáñez
y recordó su relación antigua e íntima con nuestra localidad:
“Cuando yo recuerdo mi vida de escritor –dijo Blasco- la
primera imagen que acude a mi memoria es la de esta ciudad de Sagunto, adonde
vine para escribir una novela que tiene todos los defectos de mi inexperiencia
de entonces: es la novela de Romeu el
guerrillero con la que mi juventud quiso elevar un canto al heroico
saguntino que dio su vida por la libertad y la independencia de España.
Mi primer viaje de artista y de observador fue a Sagunto para escribir aquella novela de juventud. Después vine otra vez para escribir Sónnica la Cortesana, que es la novela de esta ciudad griega, que encierra todo el tesoro de la historia de España. No me faltó entonces el apoyo de un saguntino ilustre, que de haber salido de Sagunto sería una de las mayores glorias de nuestra patria: el historiador Chabret.”