sábado, 7 de marzo de 2020

SANTIAGO RUSIÑOL: LA MIRADA MODERNISTA EN SAGUNTO





Los viajeros no sólo han dejado su huella en la escritura, bien sea en cartas, diarios o en alguna de las variedades de la literatura de viaje, sino que sus manos les han llevado al papel, al lienzo –o a cualquier otro soporte o materia- donde la línea, el color, el volumen, la imagen en definitiva, ha estampado su impronta. Dibujos, cuadros, grabados, escultura, etc., nos hablan del paso de sus autores y de su visión –naturalista, idealizada, simbólica….- de nuestra ciudad.
            Hoy recalaremos en la visita y la estancia del pintor y escritor modernista Santiago Rusiñol a nuestra tierra. Fue a comienzos del siglo XX y el periódico de Teodoro Llorente recogía en su edición del domingo 7 de abril de 1901 la noticia: “Ha llegado a Valencia el distinguido y afamado pintor y literato catalán D. Santiago Rusiñol. Acompañado por varios socios del Círculo de Bellas Artes ha visitado nuestra población y le acompañarán el lunes a Sagunto”. La visita de Rusiñol obedecía a dos propósitos principalmente: promover el estreno de su obra L´alegria que passa en el Teatro Ruzafa por la Compañía valenciana de Agapito Cuevas y el estudio pictórico de jardines, cementerios y calvarios.
            Acompañado, entre otros,  por su amigo y discípulo, el joven periodista y abogado –después gran escritor y músico-, Eduardo López Chavarri y el catedrático de Bellas Artes de la Universidad de Valencia, Rafael Domènech, se dirigió a Sagunto el lunes 8 de Abril de 1901, donde les esperaba el médico y cronista saguntino, Antonio Chabret Fraga.
            Aquí residió durante unas semanas, al menos hasta el 24 de Abril, cuando en el Círculo de Bellas Artes ofreció una lectura pública de su obra dramática Llibertat, de la cual escribió varias escenas durante su estancia saguntina. Así lo recogía la prensa: “Santiago Rusiñol gran artista cuya alma de poeta tiene inspiraciones admirables, dio al Círculo las primicias de una obra escénica, que ha comenzado á escribir en Sagunto y que es una producción llena de nervio…”.
            Pero, además de dedicarse a escribir su obra teatral, y -acompañado de la mano y la sabia explicación de Antonio Chabret-, pasear, visitar las ruinas antiguas –López Chavarri recordaría, años más tarde, cómo Rusiñol recitó de memoria versos de Verdaguer en la escena vacía del teatro-, así como asistir a varias audiones musicales –entre ellas, el estreno de la zarzuela de Chabret El Fantasma-, el artista catalán fijó su mirada pictórica y poética sobre nuestra población, y de ella surgieron, al menos, tres excelentes lienzos: Calvari de Sagunt (aunque no se sabe su paradero en la actualidad, se poseen de él varias fotografías), Calvari cap a la tard (propiedad de la Hispanic Society of America), y Teatre Romà de Sagunt (propiedad de la Spanish Heritage de Nueva York). Además de los lienzos y de las noticias escritas sobre Rusiñol, hoy podemos reconstruir el paso y la huella de Rusiñol en Sagunt, gracias a unas fotografías, de las cuales hoy ofrecemos una curiosa toma sobre el Teatro saguntino, donde el pintor modernista nos ofrece su mirada legada a la posteridad.

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