Dibujo del teatro romano saguntino por Anton Van Wyngaerden (1563)
Imaginar a Giovanni Bembo con sus caballeros
venecianos, acompañados por el poeta sevillano Juan Partenio Tovar –de quien se
resaltaba su extravagante forma de vestir en la Valencia del XVI- y el joven
Juan Luis Vives, declamando y tomando apuntes y bocetos de las ruinas y las
letras romanas, es una de las bellas imágenes que no debemos olvidar y que
podemos formarnos de un tiempo cuya memoria hoy sólo nos traen viejos papeles o
libros eruditos.
El veneciano Giovanni Bembo (1473-1547) visitó nuestra
ciudad a comienzos del siglo XVI, cuando los humanistas de toda Europa se
acercaban a ella en busca de las huellas arqueológicas de la Antigüedad. Allí
copió varias inscripciones, pudo contemplar y gozar de los grandes vestigios de
la Antigüedad (el Teatro romano y el “Templo de Diana”), acompañado por el
poeta, recién nombrado catedrático de Poesía y Oratoria en la Universidad de
Valencia (1503) −venido de Roma y protegido de los
Borja−, Juan Partenio Tovar quien ejerció
hasta el curso 1513-14, teniendo como alumno a un joven Juan Luis Vives antes
de verse obligado a su exilio a las tierras del Norte.
El relato de aquella visita la hizo el propio Bembo en
una carta latina[i] que escribió a un amigo de
Corfú, Andrea Anesi, en 1536, y que recogió y publicó el Abate Iacopo Morelli,
bibliotecario de San Marco, en Venecia (1803).
[i] Leemos en dicha carta: “Tunc
fama excidii Saguntìni pellexit me cum Parthenio Tovar poeta Saguntun ire, quod
a Valentia distat quinque millia passuum. nunc dicitur Monvedro. Vestigia
maxime urbis adparent, et Templum Dianae conspicitur, et Teatrum integrum cum
suis scenis in declivo montis aedificatum. Sagunti multa Epitaphia descripsi
...”.
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