martes, 11 de marzo de 2025

RESEÑA DE 'PAISAJE DESDE EL SUEÑO', de MIQUEL MARTÍNEZ


 

Magnífica cuna poética, la de Sagunto. Demos la bienvenida a Juan Antonio Millón. Paisaje desde el sueño rebosa honestidad. La sabiduría acumulada se disuelve a favor de la indagación más personal.

Parece obedecer el libro a la triple acción del arquero: máxima exigencia conceptual en la primera parte, «Alcancía», para tensar el arco; en la segunda, «Espacios de albor y de espesura», geografía temporal donde ubicar los hallazgos, instante en que el arquero ha encontrado un paisaje para el dardo, pero éste no se ha movido un ápice todavía; y tercera, «Alientos del deseo», donde el poeta queda al alcance de las heridas que provoca su propia flecha. Siendo el conjunto una luminosa apuesta, resultan más convincentes y vigorosos los dos primeros tramos; «Alientos del deseo», con ser, como bien indica Jaime Siles, la sección más lírica del libro, no sostiene el alto nivel de exigencia indagatoria del resto. Millón alcanza que todo acontecer es ruina, «Y lo que fue se fue», cuya raíz procura su oro en humedades profundas. Entendemos que el olvido no es la nada, es el recuerdo todo. Para el alma todo acaba de suceder, «Somos un alma de ausencias vivas”. Azorín estaría orgulloso de «Alba de ausencias», «Luz y soplo. Aire encadenado y prendida llama de la lejanía, / como un tiempo y un espacio meditados». Los otros, los que se han ido, aquí siguen, pues son proyecciones del yo. Mientras vives ya inventas, nunca fue éste atributo exclusivo del recuerdo. Afán de infinito, vocación de ser llama, brasa, ceniza, «Sucesión del humo”. Ya previó, nombrando la penumbra, el imperecedero bascular de uno a su yo mismo, «Anidas, conciso, / el feraz olivo y su remota sombra”. El saber, luego de extrañarse en lo vivido. El vacío es asedio del deseo, «Numen de lo que espera/ en la estación sin tiempo». Donde «ausencia» leamos «deseo», donde «olvido», recuerdo para siempre. «Sed, en fin, sed», pues vivir es esperar. Sueño, «errático paisaje», e infancia, confuso eco, resuenan en un «corazón deshabitado». Bella imagen la del tren para agrupar pasado y presente, «Trepa y la memoria con él/ viaja hacia las sombras de una luz de estío». Barcas son deseos fondeados, permiten la ilusión del eterno comenzar. Humilde mirada, papel preciado, «Lo inabarcable de la mirada/ resuelta en tu mirada/ de lo inabarcable». Evocador reconocimiento, en fin, hazme sentir, amada, «Pronúnciame». Sentirás deseo por sentirte deseado, el deseo que presta unicidad a «estos fragmentos anhelantes de ti». El dardo y la herida son lo mismo, «Fuiste la razón de lo que fui/ y hoy sólo huyo de lo que fuiste». Sea bello pórtico. Aguardemos lo mejor de Juan Antonio Millón.

Lletres Valencianes, nº 25 pp. 88-89 (2009)


No hay comentarios:

RESEÑA DE 'PAISAJE DESDE EL SUEÑO', de MIQUEL MARTÍNEZ

  Magnífica cuna poética, la de Sagunto. Demos la bienvenida a Juan Antonio Millón. Paisaje desde el sueño rebosa honestidad. La sabiduría ...