(Cobá, México)
La luz tamizada de este
sol blanco
me rescata de su mudez
la vida íntima de la
piedra,
el latido duro de su
corazón
en la maravilla sólida
de su silencio
en el grávido peso de su
presencia.
Allá en la altura, en su
alzada,
despliega sus enigmas
minerales,
fábula de estratos sin
sosiego,
remotas huellas de
tiempos sin memoria.
La luz ha dado hoy voz a
su reposo
y de su canto se han forjado
sueños de huidas,
de pérdidas y derrotas
en un ardiente exilio de
ausencias.